Oscuros amores desprenden luz y alegría en pantallas de Cuba
Por Liz Arianna Bobadilla León
Redacción de Cultura
Narrada en un lapso de tiempo de 12 horas, el filme recrea el viaje de Ricki a Cuba luego de muchos años para reencontrarse con su novia Beatriz, quien cambió mucho; los avatares de Claudia, en la búsqueda de dinero para comprarse una casa al intentar estafar a un traficante de drogas y los deseos de Celina de pasar un fin de semana con un cadáver.
Los caminos de estos personajes se cruzan en un metraje que asegura altas dosis de risas, pues desde un principio el realizador asumió como desafío explotar la comedia sin llegar a la farsa, porque esta “obliga a trabajar con estereotipos y corres el riesgo de que los los personajes terminen siendo eso”, confesó el cineasta en exclusiva con Prensa Latina.
Luego de siete entregas en coproducción con España, la cinta lleva el sello exclusivo del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos y ve la luz más de tres años después de terminado el rodaje (julio 2019) pues la pandemia de la Covid-19 frenó los procesos de edición y su posterior estreno en salas de la isla.
En ese año terminamos de editarla con Miriam Talavera, la banda sonora estuvo a cargo de Sheyla Pool, en tanto Juan Antonio Leyva y Magda Rosa Galbán compusieron la música de la película, que en marzo de 2020 estaba lista para viajar a España a hacer la mezcla de sonido y la corrección final de luz y color.
“Nos demoramos tanto que cuando pudimos ir a España a terminarla, tuvimos tres pérdidas poderosas: el director de fotografía Raúl Pérez Ureta, que hizo conmigo casi todas mis películas, el cineasta Juan Carlos Tabío que tiene una actuación especial en esta entrega y el actor Enrique Molina”, recordó Chijona.
“Cuando estaba filmando a nadie le pasaba por la cabeza que fuera la última película de Raúl, él era muy perfeccionista y este trabajo supuso un reto porque a veces tenía que hacer tres locaciones en una noche”, apuntó el director, al tiempo que señaló el interés de eludir la fotografía clásica del cine negro y crear una atmósfera alegre, lo cual “creo que se logró y el trabajo de Raúl está ahí”.
Con guion de Francisco García, este audiovisual cuenta en los papeles protagónicos con los actores cubanos Isabel Santos, Osvaldo Doimeadiós, Carlos Enrique Almirante, Yailín Coppola, Luis Alberto García, Yenni Soria, Vladimir Cruz, Mario Guerra y Yailene Sierra, entre otros.
“En total, Francisco escribió unas 18 versiones del guion, él escribió todas las versiones del guion y yo solo fui una especie de asesor, sobre todo de la estructura, que es donde me siento más seguro”, dijo, mientras recordó la experiencia con la tercera historia, “que sentíamos que no encajaba en el tono de humor negro, a veces macabro, que queríamos, y tampoco encontrábamos la forma de cruzarla con las demás”.
“Apostamos por una historia más humana, más cercana a la realidad, pues dos de los relatos de amor y muerte tienen su desenlace en la escena final, y para que la tercera historia también concluyera felizmente, nos decidimos por la danza y un final de cine dentro del cine, que devino homenaje a Tabío.
El selecto grupo de intérpretes estuvo bajo la mirada de Chijona, quien suele trabajar con “los mismos colaboradores y ya cuando ya todo el mundo sabe lo que yo quiero, como confío en ellos y son profesionales, cada cual hace su trabajo y yo solamente superviso, porque me di cuenta que cuando los directores quieren estar en todo, al final no están en nada”.
De igual forma destacó el excelente trabajo de mesa pues “nos encerramos en la casa y ensayamos la película prácticamente completa”, lo cual permitió articular todo el proceso de grabación al punto de que “ellos sabían con solo mirarme si al decir corten la toma quedaba o no”.
Reincidente en el trabajo junto al cineasta, el actor Carlos Enrique Almirante (Ricki), manifestó el placer de participar en el proyecto porque “este personaje tiene una arista diferente a las cosas que he hecho más profundo, como la vis cómica que no he tenido la oportunidad de trabajar antes en un cine así; le agradezco por haber pensado en mí”.
“Tuvimos un proceso de preparación, tuve que tomar clases de danza para la coreografía final, hubo cosas interesantes que me exigieron de un extra y la verdad, estoy contento con esta oportunidad, es algo que también voy a tener en la memoria para toda la vida, en especial el poder trabajar con personas que admiro y quiero muchísimo”, señaló.
Por su parte, Isabel Santos (Celina) refirió el placer de compartir escena con Doimeadiós (Mario), uno de los grandes actores de este país y un excelente comediante; “cuando supe que era con él me sentí muy tranquila pero a la vez era como estar al lado de un peso pesado, me divertí mucho dándole vida a esta mujer y sus locuras”.
Santos/Celina es una profesional sofisticada y solitaria, que padece de necrofilia (deseo sexual por los cadáveres), y para satisfacer sus impulsos será capaz de sacrificar cualquier cosa, hasta alquilar un muerto, reseña la sinopsis.
En tanto Luis Alberto García (Mendiondo) agradeció volver a estar ante las cámaras de Chijona e interpretar a un nuevo rico, víctima de un robo que casi lo lleva a la muerte, lo cual desencadena una serie de hechos para rodar una película por encargo de Dios su director preferido: Juan Carlos Tabío.
“En la medida que avanza este divertimento se entiende que mi personaje, a pesar de su marginalidad, tiene un buen corazón y es un hombre relativamente sensible”, sentenció García, quien comparte escena con Molina, uno de los imprescindibles en la filmografía de Chijona, al integrar el elenco de Un paraíso bajo las estrellas (2010), Esther en alguna parte (2013), La cosa humana (2015) y Los buenos demonios (2018).
Luego de más de un mes aprendiendo de las artes de un director de orquesta, Vladimir Cruz (Iván) logra encarnar a un virtuosos artista-negociante clandestino de instrumentos musicales, que enriqueció su hoja de vida gracias al proceso de preparación y la particularidades de este rol.
“Para cinco minutos en pantalla estuve trabajando un mes y medio con Iván Valiente, no quería hacerlo mal, que pareciera imitación, por lo cual fue un trabajo bien difícil, que me interesaba hacer y que le agradezco mucho a Chijona”, comentó el intérprete, quien sedujo al público cubano en la icónica Fresa y Chocolate.
Fuente: Prensa Latina / 16 de diciembre de 2022